¡Hola, querido lector/a!
¿Quieres pedir a un ilustrador/a freelance que trabaje para ti y no sabes muy bien cómo hacerlo o desconfías de que salga corriendo con tu dinero?
Me llamo Eve Mae, soy ilustradora y dibujante de cómics y, desde mi experiencia, me gustaría ayudarte a aclarar algunas dudas a través de éste post para evitar que te lleves un disgusto cuando decidas hacer un encargo a un ilustrador/a freelance.

Como para todo en ésta vida, la comunicación es súper importante, por lo tanto será imprescindible entablar una conversación con el/la profesional para que ambos lleguéis a un acuerdo. Paso a contarte las 5 claves que deberás tener en cuenta a la hora de hacer tu encargo.

  1. Busca referencias del trabajo del artista.
    Ojea sus redes sociales, visita su portfolio on-line para ver si su estilo encaja con lo que andas buscando e infórmate sobre lo que ha hecho. En algunos perfiles podrás encontrar valoraciones de clientes que dejarán entrever si es un profesional de confianza.
  2. Contacta con él o ella.
    Si te transmite confianza y te gusta su trabajo no tengas miedo de escribirle un e-mail para contarle brevemente lo que andas buscando y por qué piensas que su trabajo encaja con tu proyecto o encargo. Si contesta y se interesa pasa al punto tres y extiéndete con la explicación del proyecto.
  3. Pregunta dudas y pídele presupuesto.
    Estoy segura de que ya sabes que éste tipo de encargos valen dinero, por lo que vamos a obviar la parte en que comento que el trabajo del artista no se hace gratis y saco las antorchas y tal. Ahora bien, reflexionemos un momento: ¿Cuánto estás dispuesto/a a invertir? Ok, no lo digas, guarda esa cantidad en tu mente y pregúntale cuánto cobra por el servicio. No le digas lo que tiene que cobrarte a no ser que te parezca justo pagarle más y por Dios, no le regatees el precio. Si te dice un precio y está fuera de tu alcance en ese momento, siempre puedes posponer el encargo o consultar a otro profesional, con decir que no te lo puedes permitir y dar las gracias será suficiente. Si trabajas en una organización pero andas corto de presupuesto y ves algún modo de generar beneficios al artista mediante un intercambio de servicios con un plus económico o una compensación material estará bien que preguntes al ilustrador/a si está abierto a llegar a un acuerdo. Si no acepta las condiciones no insistas ni discutas, tú eres libre de preguntar y él o ella será libre de declinar si no le parecen unas condiciones oportunas.
  4. Procura cerrar el acuerdo por escrito.
    Si el ilustrador/a acepta y es un profesional en activo es probable que te pida un tanto por adelantado para formalizar el encargo. Para que ambos estéis seguros será bueno que hagáis un acuerdo por escrito (un intercambio de e-mails puede valer) fijando la fecha de entrega, enumerando los detalles del briefing y los modos de pago y cobro. (El briefing es un informe técnico donde se recopilan todos los detalles del encargo y las condiciones habladas entre cliente e ilustrador)
  5. “Hemos acabado y no me gusta el trabajo que me ha hecho”.
    Como decían nuestras abuelas: Vale más prevenir que curar.
    Te cuento lo que hay que hacer para prevenir ésta situación:
    Para evitar sorpresas de éste tipo pregunta desde un principio al artista qué información necesita, si cobra por las modificaciones y cuántos bocetos o pruebas cubren el presupuesto que habéis acordado. La búsqueda inicial del portfolio o de pruebas que guarden similitud con el trabajo que precisas que te haga el ilustrador sirve para que ésta desagradable situación se dé el mínimo de veces posible, ya que esto sucede cuando la comunicación entre ambos no funciona o cuando vas buscando un estilo que no encaja con el/la artista. Si es posible pide al ilustrador/a que te muestre los bocetos previos para ajustar la idea a lo que necesitas, y si no sabes explicar tu idea con palabras busca imágenes de calidad que hablen por ti, referencias sin pixelar que se aproximen el máximo posible a la idea que tienes en mente. (Ten en cuenta que tendrás que respetar el estilo del artista, las referencias son solo un punto de partida.)
    Si el error ha sido tuyo por un despiste o te has dado cuenta de que querías algo y no avisaste hasta que has visto el trabajo acabado tendrás que acordar con el profesional una serie de retoques que se sumarán al presupuesto inicial (a no ser que hayáis acordado otra cosa). En cambio, si el trabajo está acabado y ha sido fallo del ilustrador/a porque se equivocó al ejecutar el encargo (puede pasar que se confunda con el color o con algún detalle que pediste), éste deberá corregir lo que sea preciso y hacer los retoques oportunos para satisfacer el encargo dentro de las condiciones acordadas.

 

Bonus tip:
El post que viene os daré nuevas pistas para que aprendamos a distinguir lo que se puede pedir a un ilustrador y lo que no.

Si te quedan dudas o crees que hay alguna cosa que se puede mejorar en éste artículo escríbeme a través de mis redes sociales o por correo electrónico, las críticas constructivas serán bienvenidas y aplicadas. 🙂

¡Nos leemos el próximo sábado!
Un beso,
Eve Mae.